Cadenas y terror: Un obispo greco-católico clandestino en la persecución comunista de Rumanía
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Poco después del final de la Segunda Guerra Mundial, el régimen rumano decidió prohibir la Iglesia greco-católica local, unida a Roma: sus obispos, sacerdotes y fieles se vieron forzados a incorporarse a la Iglesia ortodoxa. Muchos de ellos se negaron y fueron arrestados. El obispo greco-católico Ioan Ploscaru fue detenido en 1949 bajo la acusación de espionaje y traición a la patria. Estuvo quince años en prisión y después fue permanentemente vigilado por los servicios de la «Securitate» hasta 1989.
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