Descripción
No es la peripecia lo que interesa a Newman, sino el fenómeno de la conversión, que ya había tratado en su anterior novela autobiográfica Perder y ganar. La conversión aparece como un proceso lento y sinuoso que exige un compromiso irremediablemente personal. Al describir esta evolución interior, Newman prefigura con viveza su concepción de la conciencia y aporta una revolucionaria visión del misterio de la Iglesia, dos de sus más destacadas aportaciones al pensamiento cristiano moderno.