Descripción
La masonería es un frondoso árbol, repleto de ramas con matices distintos en algunos casos, que nos derivan siempre al mismo origen. No habían transcurrido más que veintiún años desde el nacimiento de la Masonería cuando el papa Clemente XII la condenó en 1738. La historia de estos casi trescientos años, tal como explica Alberto Bárcena, es el de la incompatibilidad entre la Iglesia Católica y la Masonería, concentrada en estas palabras de San Agustín: “Dos amores edificaron dos ciudades: el amor a sí mismo hasta el desprecio de Dios edificó la ciudad terrena; el amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la celestial”